Gestión del agua

Agua sometida a proceso de depuración

La importancia de la depuración para el medio ambiente

La importancia de la depuración para el medio ambiente 768 513 admin

Los recursos naturales están cada vez más amenazados, y el agua se ha convertido en uno de los bienes más valiosos. Para que sea segura y útil —tanto para las personas como para los ecosistemas—, es fundamental contar con sistemas eficaces de depuración, drenaje y gestión.

La depuración del agua es un conjunto de procesos físicos, químicos y biológicos que eliminan los contaminantes de las aguas residuales. Estas aguas provienen de viviendas, industrias o actividades agrícolas. El objetivo es devolver al entorno un agua limpia y segura, lista para reutilizar o para volver a ríos, mares o acuíferos. Sin esta limpieza, los residuos causarían graves daños a la fauna, la flora y la salud humana.

Los beneficios ambientales de la depuración en nuestro ecosistema

Evita la contaminación de ríos, lagos y mares
Este proceso evita que los vertidos contaminen ríos, lagos y mares, protegiendo así la biodiversidad acuática. Contribuye a mantener ecosistemas sanos y equilibrados.

La eliminación de nutrientes contaminantes
Estas son causadas por nutrientes como el nitrógeno o el fósforo. La depuración y el drenaje del agua eliminan nutrientes contaminantes que favorecen el crecimiento de algas y bacterias tóxicas. Esto ayuda a mantener la calidad del agua y la salud de los ecosistemas.

Protección de los ecosistemas costeros y marinos
Así, protegen la vida marina y mantienen el equilibrio de los ecosistemas acuáticos. La acumulación de residuos en estas zonas puede provocar fenómenos como la marea roja o la aparición de zonas muertas.

La reutilización del agua tratada
De esta manera, se puede usar para riego, limpieza o uso industrial. Esto reduce el consumo de agua potable y alivia la presión sobre fuentes naturales.

El drenaje como medio sostenible

El drenaje urbano y agrícola recoge y canaliza el agua de lluvia o el exceso de riego. Así, evita inundaciones y acumulaciones en zonas donde el agua no es deseada. También cumple un papel clave al evitar que esta agua arrastre contaminantes hacia cauces naturales sin ningún tipo de filtro.

Reducción de las inundaciones y los daños sobre el terreno, infraestructuras y cultivos
El drenaje canaliza y evacua el exceso de agua de forma controlada. Así se evita que esta se estanque o provoque erosión en el terreno. Esta función es clave no solo para proteger a las personas y sus bienes, sino también para conservar la productividad agrícola y alargar la vida útil de las infraestructuras.

Evitar el arrastre de contaminantes urbanos
En zonas urbanas e industriales, las superficies impermeables impiden que el agua de lluvia se infiltre en el suelo. Como consecuencia, esta arrastra sustancias contaminantes acumuladas en la superficie. Si no se canaliza correctamente, puede terminar en ríos o cauces naturales, afectando al ecosistema.

El drenaje sostenible utiliza soluciones como pavimentos permeables, zanjas filtrantes o jardines de lluvia. Estos sistemas actúan como filtro y freno: ralentizan el flujo del agua y ayudan a que los contaminantes se depositen o se degraden antes de alcanzar entornos acuáticos sensibles.

La recarga natural de acuíferos
El drenaje sostenible no solo cumple la función de evacuar el exceso de agua, sino que también contribuye de forma decisiva a la recarga natural de los acuíferos, especialmente cuando se utilizan técnicas que permiten la infiltración del agua en el subsuelo.

Esta infiltración controlada restaura el ciclo hidrológico natural, favoreciendo que el agua de lluvia alcance los acuíferos subterráneos y se almacene de manera segura. Esta recarga es fundamental para garantizar la disponibilidad de agua dulce a medio y largo plazo, especialmente en zonas con estrés hídrico o con una alta demanda agrícola e industrial.

Otros sistemas clave: reutilización y tratamiento de aguas pluviales

La gestión del agua no termina con depurar y drenar. Existen otras acciones complementarias que impulsan una gestión hídrica circular:

Reutilización del agua tratada
Permite reducir significativamente el consumo de agua potable, reservándola exclusivamente para usos esenciales como el consumo humano. Por ejemplo, en el ámbito agrícola, el uso de agua regenerada garantiza un suministro más estable durante los periodos de sequía y contribuye a la seguridad alimentaria. En las ciudades, esta práctica facilita la limpieza de calles y el riego de zonas verdes sin comprometer los recursos naturales.

El sector industrial también puede incorporar la reutilización del agua depurada mediante circuitos cerrados de producción. Esta medida reduce costes operativos y contribuye a minimizar el impacto ambiental. Al mismo tiempo, esta práctica ayuda a reducir la presión sobre ríos, embalses y acuíferos. Esto favorece la conservación de los ecosistemas y el equilibrio del ciclo hidrológico. En un contexto de cambio climático y escasez de recursos, reutilizar el agua tratada es una solución clave. Permite avanzar hacia un modelo más eficiente, circular y respetuoso con el medio ambiente.

Captación de aguas pluviales como almacenamiento
Consiste en recoger el agua de lluvia que cae sobre superficies como tejados, patios o zonas pavimentadas para almacenarla y darle un uso posterior.

La instalación de sistemas como canalones, depósitos o aljibes permite recoger y almacenar el agua de lluvia de forma segura. Esta reserva puede aprovecharse durante épocas secas. Es especialmente útil en zonas con lluvias estacionales o riesgo de sequía. Además, reduce la presión sobre las redes de suministro urbano y los recursos naturales. También disminuye la demanda sobre embalses, acuíferos y plantas potabilizadoras.

La captación pluvial contribuye a reducir el riesgo de inundaciones, ya que parte del agua de lluvia es retenida y no fluye libremente por las calles, evitando la saturación del sistema de drenaje.

Sistemas de filtrado natural como las humedades artificiales
Estos sistemas utilizan plantas acuáticas, sustratos filtrantes y microorganismos que actúan en conjunto. Su función es eliminar contaminantes orgánicos, nutrientes como nitrógeno y fósforo, metales pesados y patógenos presentes en el agua residual o pluvial.

Los humedales artificiales están diseñados para que el agua fluya de forma lenta a través de la vegetación y el suelo. Este recorrido permite que los contaminantes se degraden o queden retenidos de manera natural. Son especialmente útiles en zonas rurales, pequeños núcleos urbanos, áreas industriales o como tratamiento terciario en estaciones depuradoras. Además, destacan por su bajo coste de mantenimiento y su buena integración en el paisaje.

Desde Asturviesca, nos comprometemos a cuidar y proteger el medio ambiente, usando los recursos que nos ofrece de la forma más sostenible posible.