Las plantas de depuración de aguas residuales son fundamentales para garantizar que el agua que utilizamos en nuestros hogares, industrias y ciudades vuelva al medio ambiente de manera segura y limpia. Las intervenciones y ejecución de obras en infraestructuras relacionadas con la depuración y tratamiento de aguas requieren un conocimiento específico del proceso, además de una cualificación y experiencia que pocas empresas pueden aportar. Recordamos ahora, de manera estandarizada, cuáles son los hitos principales en los que pueden ser necesarias este tipo de intervenciones en el proceso de depuración.
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Recolección y transporte del agua residual
El primer paso en el proceso de depuración es la recolección de las aguas residuales. Estas aguas, que provienen de hogares, fábricas, comercios y sistemas pluviales, son transportadas a través de una red de alcantarillado hasta la planta de tratamiento. La infraestructura de tuberías y estaciones de bombeo juega un papel crucial en este proceso, asegurando que el agua residual llegue de manera eficiente a la planta. Por eso su mantenimiento resulta esencial.
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Tratamiento preliminar: Eliminando los residuos grandes
Una vez que el agua residual llega a la planta, pasa por el tratamiento preliminar, cuyo objetivo es eliminar los sólidos grandes y los residuos flotantes que pueden dañar u obstruir el equipo. Este paso incluye varias etapas:
– Rejas y tamices: Filtran los residuos grandes como ramas, plásticos y otros objetos voluminosos.
– Desarenadores: Remueven las partículas de arena y grava que pueden desgastar las bombas y tuberías.
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Tratamiento primario: Separación de sólidos suspendidos
En el tratamiento primario, el agua residual se dirige a los sedimentadores o clarificadores primarios. Aquí, el agua se mantiene en reposo durante un período para permitir que los sólidos suspendidos más pesados se asienten en el fondo del tanque, formando lodos primarios. Al mismo tiempo, las grasas y aceites flotan en la superficie y son removidos. Este proceso reduce significativamente la carga de contaminantes en el agua antes de que pase al siguiente tratamiento.
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Tratamiento secundario: Eliminación de materia orgánica
El tratamiento secundario es una etapa biológica donde se eliminan la mayor parte de los contaminantes orgánicos disueltos en el agua. Este paso crucial incluye:
– Reactor biológico o tanque de aireación: En este tanque, el agua residual se mezcla con microorganismos que consumen la materia orgánica. El aire se inyecta para mantener a los microorganismos activos y eficaces en la descomposición de los residuos.
– Clarificadores secundarios: Después del reactor biológico, el agua se dirige a estos clarificadores donde los microorganismos y otros sólidos restantes se asientan, formando lodos secundarios. El agua tratada, ahora con menos contaminantes, pasa a la siguiente etapa.
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Tratamiento terciario: Polishing del agua
Para alcanzar una calidad de agua aún mayor, algunas plantas realizan un tratamiento terciario. Este paso puede incluir varios procesos dependiendo de los requerimientos de calidad:
– Filtración: El agua pasa a través de filtros de arena, carbón activado o membranas para eliminar partículas muy finas y contaminantes disueltos.
– Desinfección: Se utilizan métodos como la cloración, la ozonización o la radiación ultravioleta para eliminar patógenos y garantizar que el agua sea segura para su liberación al medio ambiente.
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Gestión de lodos: Tratamiento y disposición
Los lodos recolectados durante los tratamientos primario y secundario también requieren un manejo adecuado. Estos lodos se deshidratan y estabilizan mediante procesos como la digestión anaerobia, que reduce el volumen y la carga de contaminantes. Una vez tratados, los lodos pueden ser utilizados como fertilizantes agrícolas o llevados a vertederos.
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Liberación del agua tratada
Finalmente, el agua tratada, ahora limpia y segura, se devuelve a ríos, lagos o al mar. Algunas plantas también reciclan parte del agua tratada para usos industriales o riego, contribuyendo así a la conservación del recurso hídrico.
Estos serían en suma los hitos más relevantes en el proceso de depuración. Algunos de ellos implican tratamientos complejos de carácter bioquímico y otros son más puramente mecánicos. En cualquier caso el conocimiento de los procesos y la experiencia en cualquier intervención necesaria resulta siempre crucial.